Monte La Boyería

El PR-LE 48 del monte la Boyería es un bonito recorrido que transcurre por el mejor exponente de bosque representativo de esta comarca. Los prados ganaderos del inicio dan paso a los árboles más abundantes de la zona. Fresnos, avellanos, cerezos, acebos y serbales de cazadores se entremezclan con las dos clases dominantes: el roble albar (Quercus Petraea), en zonas bajas, y el haya (Fagus Sylvatica), en la parte más alta.

El trazado es circular y según el diseño oficial, parte de la carretera de acceso a Maraña. Sin embargo desde las Cabañas Patagónicas proponemos una alternativa más atractiva que además, no pisa asfalto ni sufre tráfico.

Partimos directamente desde las Cabañas hacia el Este, ascendiendo por una pista que lleva en pocos metros a un abrevadero. Aquí debemos coger agua pues en todo el recorrido no volveremos a encontrar otras fuentes.
Seguimos subiendo y tras pasar las antenas de telefonía y TV dejamos a la izquierda la pista que sube a las peñas y la Corón, para seguir dirección a la cruz que vemos en frente. Pasamos junto a la cruz y pasamos al otro lado del valle, viendo ante nosotros la carretera y el valle que da acceso al pueblo. 
Bajamos por la pista hasta que desaparece, convertida en una inapreciable vereda que baja directamente al vertedero de Maraña. Al salir del vertedero por la pista, seguiremos de frente, ignorando la bajada rodada, para meternos en una campa, tras pasar un vado. Giramos a la derecha y descendemos el prado dirección Este hasta que nos damos de bruces con la pista de la Boyería, señalizada con las balizas del parque, PR-LE48.


Actualmente el sendero tiene un uso ganadero y maderero. De sus árboles se entresaca la suerte de leña que cada año, acompañados por los guardas forestales, los vecinos de Maraña aprovechan para alimentar hogares y chimeneas. 
Sin embargo, para el disfrute del senderista, este recorrido es una delicia para pasear por un bonito bosque y ver, si hay suerte, corzos, ciervos y jabalíes.

Al recorrer poca distancia, el itinerario se bifurca. El camino de abajo y el de arriba. Si se elige la primera opción, la subida se hace más progresiva y suave, dejando la bajada más pronunciada para el regreso. Así pués, el de abajo discurre entre robles y avellanos, y el de arriba entre hayas y acebos. La ida y la vuelta lo marca la curva de 180º que linda con el municipio vecino y su valla separadora. 
No hay una dirección determinada, cualquiera es válida.



Todo lo que se pueda decir de este atractivo sendero ya lo hemos dicho. Ahora os ofrecemos algunas fotografías que lo corroboren.